Psicooncología

Ps. Paula Barrientos Dreves

Apoyo Psicológico

El trabajo del Psicooncólogo está dirigido a mejorar la calidad de vida tanto del paciente con cáncer, como de sus familiares, a su vez facilitar y promover la adaptación psicológica y emocional a la enfermedad. Su objetivo es aliviar síntomas psíquicos y tratar de alcanzar una mayor humanización de los tratamientos.

En el servicio de Hemato Oncología, contará con una profesional especialista en cáncer, con formación específica y experiencia en el área.

¿Cómo se trabaja?

Se realizan primeras visitas de acompañamiento, se identifican necesidades psicológicas, emociones y sociales.
El psicólogo puede hacer preguntas acerca de su tratamiento y como esto afecta su vida y la de su familia.
Puede realizar orientación sobre cómo abordar temas complejos y dar apoyo emocional en momentos difíciles.
Nuestro trabajo es ayudar a comprender y tratar las dificultades psicológicas relacionadas con un problema de salud física y mejorar la calidad de vida.

Emociones que Genera el Diagnóstico

Miedo: El paciente puede sentir miedo a la propia enfermedad, a la nueva situación familiar, a la incertidumbre del futuro, a lo desconocido y a la muerte.

Puede compartir sus miedos con la Psicooncóloga del servicio.
Cuanta más información obtenga de su enfermedad y diagnóstico, menos miedo tendrá y afrontará mejor su tratamiento.
Recuerde que la mejor fuente de información la obtendrá de su médico y equipo.
El comunicar sus miedos con sus seres queridos le ayudará a sentirse mejor.

Negación: La negación es un mecanismo de defensa que surge como consecuencia del miedo, se expresa por un deseo de no querer saber nada acerca de la enfermedad y de no querer hablar de ella.

Rabia: Una vez aceptado el diagnóstico, el paciente puede preguntarse: “¿por qué yo?”.

Si tiene dificultades para hablar de su enfermedad o de sus sentimientos con su familia acuda a un profesional para que le ayude y oriente. Una entrevista con la Psicooncóloga le será de gran ayuda.

Dependencia: Los pacientes necesitan ayuda y comprensión, no compasión ni sentirse inútiles. Una sobreprotección excesiva por parte de la familia, puede hacer sentir al paciente inútil.

Sentimientos de culpa: El paciente puede preguntarse "¿qué he hecho yo?". En algunos casos pueden creer que son ellos mismos los que causaron la enfermedad o pensar que es un castigo por algo que hicieron o dejaron de hacer. Estos pensamientos son dañinos y no deben ser fomentados, el cáncer es una enfermedad no un castigo.

Ansiedad: La ansiedad es una reacción normal, que se puede presentar desde el diagnóstico y posteriormente durante el tratamiento. Esto puede aumentar la sensación de malestar, náuseas, dolor, alterar el ritmo de sueño; lo que afectará la calidad de vida del paciente y su familia; por esta razón es importante aprender a manejar el nivel de ansiedad vivenciado.

Aislamiento: Hay ocasiones en que el paciente siente la necesidad de aislarse y encerrarse en sí mismo. Para la familia y amigos cercanos, esto puede ser una situación difícil de entender pues su deseo es acompañar al paciente.

Depresión v/s Tristeza: Es normal que pacientes y familiares se encuentren tristes ante este diagnóstico, sin embargo, hay que diferenciarlo de los episodios depresivos. La depresión no afecta a todos los pacientes diagnosticados de cáncer y, por lo tanto, el hecho de que un paciente se encuentre apenado o triste no necesariamente significa que sufra de una depresión mayor.

Tratamiento y Estado Anímico

De la misma manera que aparecen efectos secundarios en el organismo, también se pueden sufrir cambios en el estado de ánimo mientras se recibe el tratamiento. El miedo, sentirse angustiado o deprimido son síntomas habituales.

Sugerencias generales para el paciente

Cuídese durante la enfermedad.
El descanso es importante: si se siente cansado y le cuesta conciliar el sueño, pruebe alguna técnica de relajación.
Mantenga sus actividades lúdicas, disfrute con aquellas cosas que le gustan.
No intente abarcar todo, céntrese en aquellas cosas o actividades realmente importantes y necesarias.
Mantenga relación con personas con las que se encuentra cómodo/a, evite los compromisos que no le resulten gratos.

¿Qué explicar a los niños?

Explicar que el cáncer es una enfermedad no contagiosa.
Animarles a que hagan preguntas.
Hablar honestamente lo antes posible después del diagnóstico.
No mentir.
Limitar las explicaciones a lo que pregunten o a lo que deban saber, sin dar explicaciones largas ni complicadas.
Prepararlos para los cambios físicos del paciente.
Asegurarles que no son culpables de la enfermedad del familiar.
De información poco a poco, no de golpe.
Aprenda a contestar “no lo sé” a preguntas para las que usted no tiene respuesta.
No prometa aquello que no pueda cumplir.

Sugerencias para los cuidadores

No trate de abarcar todo. Si no pide ayuda, es probable que no la consiga.
Pedir ayuda no es una muestra de debilidad, es una forma de compartir y de cuidarse uno mismo.
Infórmese sobre la evolución de la enfermedad de la persona que cuida, así, podrá planificar con antelación futuros cambios o adaptaciones.
Aproveche cuando el enfermo descansa para descansar también.
Haga una lista de las cosas que hay que hacer y priorice.

Signos de alarma en el cuidador

Desesperanza.
Tristeza excesiva.
Pérdida de interés por las actividades habituales.
Deseo persistente de aislarse socialmente.
Alteraciones del sueño.
Irritabilidad.
Uso excesivo de drogas/alcohol.
Sentimientos de culpa.
Pérdida de apetito.
Ansiedad excesiva.
Problemas de memoria y dificultad para concentrarse

Sugerencias para comunicarse con el paciente

Respete los silencios: muchas preguntas pueden agotar al paciente.
Sepa escuchar.
Evite dar consejos.